El Programa Mundial de Alimentos se quedará sin comida para los refugiados etíopes en octubre dejando en riesgo de desnutrición y en peligro de contraer enfermedades e infecciones a las familias vulnerables que dependen de la asistencia alimentaria.

La permanente escasez de fondos de la agencia de la ONU obligó a recortar a la mitad las raciones de 750.000 refugiados que viven en 22 campamentos y cinco comunidades de acogida en seis regiones etíopes. 

Una encuesta del mes de abril en más de mil hogares destacó que la mayoría de ellos recorrió a estrategias de supervivencia negativas como reducir el número de comidas, comprar alimentos menos caros o recomendables y limitar las porciones.

Ante esta situación, el Programa Mundial de Alimentos, la Agencia de la ONU para los Refugiados y el Servicio de Refugiados y Repatriados del Gobierno etíope lanzaron hoy un llamamiento humanitario que aspira a recaudar 73 millones de dólares que proporcionarían comida a más de 750 mil refugiados etíopes durante los próximos seis meses.

Si se produce una respuesta inmediata de la comunidad de donantes, el Programa podrá comprar los alimentos disponibles en la región y transportarlos para satisfacer las necesidades alimentarias de los refugiados. La agencia también transferirá dinero en efectivo a los refugiados para satisfacer sus necesidades inmediatas y estimular la economía de los mercados locales.