A través de un comunicado, el organismo planteó sus perspectivas para 2022 y 2023, y consideró como el principal factor de incertidumbre a la interacción entre la inflación y la política monetaria, además del desempeño de los mercados internacionales.

“A pesar de la relativa estabilidad en las perspectivas de crecimiento del PIB, el escenario continúa siendo altamente incierto y prevalece un fuerte sesgo a la baja. La posibilidad de una recesión en la actividad económica no sólo está presente, sino incluso aumenta su probabilidad de ocurrencia”, señaló el IMEF. 

El instituto también mantuvo sus estimaciones del crecimiento del 1.8% en el Producto Interno Bruto (PIB) para 2022 y lo redujo de 2% a 1.8% para 2023. 

“Cabe notar que un crecimiento de 1.8% queda por debajo del crecimiento potencial que debería tener el país”, apuntó. 

En cuanto a la inflación, el IMEF consideró que en este año alcanzará el 7.7% y en 2023 será de 4.5%. 

“La inflación se presenta como el gran reto a vencer de la política monetaria, con el Banco de México subiendo las tasas de interés en un ciclo de alza, que podría ser más intenso de lo que hasta el momento se anticipa”, indicó. 

El IMEF consideró que a la política energética y el deterioro del Estado de derecho por la inseguridad en México impide que se reconstruyan las cadenas de suministro ante la necesidad de Estados Unidos, puesto que “genera un entorno adverso para los negocios y la inversión”.