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Señala que la movilización del 15 de noviembre fue impulsada por la oposición.
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, desestimó nuevamente cualquier versión que atribuya represión policial a la marcha de la Generación Z, realizada el 15 de noviembre en pleno centro capitalino. Desde una conferencia de prensa, insistió en que los agentes desplegados en el zócalo actuaron sin equipos que pudieran lastimar a los manifestantes.
Brugada explicó que la instrucción oficial fue contener escenarios de violencia, no desatarla. Reiteró que los policías no portaban balas de goma, ni toletes, ni cañones de agua. También rechazó el uso de gases lacrimógenos y aclaró que la única emisión visible provenía de extintores, cuyo humo —indicó— “no representa riesgo”.
Al abordar el origen de la protesta, la mandataria afirmó que la marcha fue convocada por grupos de oposición, pese a utilizar el nombre de organizaciones juveniles. Comentó que esta evaluación se confirmó tanto el día de la manifestación como durante su preparación en jornadas previas.
Brugada sostuvo que la capital garantiza derechos amplios para marchar y organizarse. Sin embargo, atribuyó los incidentes violentos a un intento de inflar la protesta y proyectar una imagen de persecución. Subrayó que es “falsa” la narrativa que presenta un movimiento masivo de la Generación Z contra la Cuarta Transformación y remarcó que no identificó demandas concretas en favor de la juventud, sino expresiones cargadas de tensión política.


