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En un robo impactante y relámpago, cuatro minutos bastaron para que ladrones sustrajeran valiosas joyas de la corona francesa en el Louvre. La operación, que ocurrió el domingo por la mañana, dejó al país y al gobierno en estado de asombro y preocupación por la seguridad de sus tesoros culturales.
Ocho piezas históricas, incluyendo un collar y aretes de esmeraldas, dos coronas, dos broches, un collar de zafiros y un arete, fueron sustraídos. Los objetos datan del siglo XIX y representan símbolos de riqueza y poder de la realeza francesa. Además, poseen un valor monetario estimado de $102 millones (88 millones de euros), sin considerar su valor histórico, según Laure Beccuau, fiscal de París que lidera la investigación.
Las autoridades francesas reportan que los ladrones actuaron en dos parejas, subiendo a la Galería Apolo con una plataforma elevadora. A las 9:34 a.m., dos hombres con chaquetas amarillas irrumpieron en la galería y escaparon a las 9:38 a.m. en motocicletas, dejando caer una pieza dañada.
El modus operandi fue rápido y preciso. Según el ministro del interior, Laurent Núñez, los delincuentes eligieron las joyas por su notoriedad y cercanía a una ventana, asegurando un escape veloz. La fiscalía indica que unos 100 investigadores participan en la búsqueda, mientras expertos advierten que las joyas podrían ser desmanteladas y vendidas como piezas individuales, haciéndolas irreconocibles y probablemente irrecuperables.
El gobierno enfrenta ahora una carrera contrarreloj. “Es extremadamente improbable que estas joyas sean recuperadas y vistas de nuevo”, declaró Tobias Kormind, director de 77 Diamonds. Mientras tanto, la nación mide la pérdida no solo en dinero, sino en patrimonio cultural y memoria histórica.
Robo histórico en Louvre dura solo cuatro minutos.
Ocho piezas de la corona francesa desaparecen.
Gobierno y museo enfrentan presión por seguridad deficiente.


