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La presidenta de México califica la medida como un ataque injustificado.
El Senado mexicano reacciona con una carta unánime de rechazo.
Durante su conferencia matutina, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, lanzó una crítica frontal a la propuesta de legisladores republicanos en Estados Unidos de aplicar un impuesto del 5 % a las remesas enviadas por migrantes. “Es una injusticia. Una medida completamente discriminatoria”, sentenció.
Y es que la iniciativa fue presentada esta semana por el Comité de Recursos y Arbitrios de la Cámara de Representantes. De aprobarse, afectaría directamente a millones de mexicanos que, desde el extranjero, sostienen a sus familias en el país. “A ver: ¿cómo van a gravar si ya pagan impuestos los mexicanos allá? Incluso sin documentos, pagan impuestos”, explicó Sheinbaum con visible molestia.
La reacción no se quedó en palabras. El Senado mexicano, con apoyo de todos los partidos —incluido el PAN—, envió una carta formal de protesta. “Qué bueno que ahí sí dijeron: ‘lo firmamos todos’. Fue una iniciativa de Morena, pero se unieron todas las fuerzas políticas”, celebró la mandataria.
Según estimaciones de Gabriela Siller, directora de análisis económico de Banco Base, un impuesto así podría provocar, en el largo plazo, una caída de hasta 3 mil 250 millones de dólares anuales en el envío de remesas a México.
La verdad es que este tema no es menor. Hablamos de familias completas que dependen de esos ingresos para sobrevivir. Y proponer gravarlos es, en palabras de Sheinbaum, “cerrar la puerta a quienes más aportan sin pedir nada a cambio”.