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El colombiano Francisco Sanclemente, líder de la categoría de silla de ruedas, perdió el control a la altura del kilómetro 20 al toparse con un bache, lo que provocó su caída y obligó a su abandono de la prueba.
El mexicano Gonzalo Valdovinos, que avanzaba detrás de él, no pudo esquivarlo y también terminó en el suelo. Aunque logró reincorporarse, el retraso lo relegó al tercer lugar. El primer puesto fue para el poblano Alan Frías y el segundo para Marco Caballero.
Tras concluir la competencia, Caballero denunció que estos accidentes ocurren “año con año” debido a la falta de mantenimiento: “Dos amigos cayeron en la ruta, gracias a Dios no pasó a mayores. El año pasado fue lo mismo. Hay coladeras, baches y nada señalizado”, reclamó, con la jefa de Gobierno Clara Brugada a unos metros de distancia.
El reclamo contrastó con la declaración del director del Instituto del Deporte capitalino, Javier Peralta, quien aseguró que la ruta estaba “libre de irregularidades”. Sin embargo, los videos difundidos en redes sociales muestran la crudeza de los accidentes.
En la rama internacional, los etíopes Tadu Abate y Bekelech Gudeta se alzaron con la victoria. Abate cruzó la meta en 2h11:17, superando a los kenianos Benard Kipkorir y Edwin Kiptoo, mientras Gudeta detuvo el cronómetro en 2h28:36, por delante de la peruana Lizaida Valdivia.
El recorrido inició en el Estadio Olímpico Universitario y concluyó en el Zócalo capitalino, con miles de aficionados alentando. A pesar del festejo por los triunfos, el accidente reabrió la discusión sobre la seguridad de la ruta en uno de los maratones más importantes de América Latina.
