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Oficios enviados en septiembre no recibieron respuesta efectiva de la alcaldía.
Vecinos de la colonia San Francisco Culhuacán, en el Barrio de La Magdalena, alertaron sobre la venta ilegal de gasolina en un domicilio ubicado en la calle San Alfredo número 44, en la alcaldía Coyoacán. Describen un escenario que los mantiene en tensión: autos que llegan con garrafas vacías y se retiran cargados con un líquido presumiblemente gasolina.
El conflicto no es reciente. Semanas atrás, un grupo de habitantes entregó un oficio —redactado de forma anónima— dirigido a Roberto Sánchez Lazo Pérez, director General Jurídico y Gobierno de la demarcación, para advertir sobre esta actividad que, además de ser un delito, amenaza la seguridad de decenas de familias. Sin embargo, aseguran que, pese a las denuncias anteriores, no han recibido una respuesta efectiva.
«Hemos presentado diversas denuncias, escritos y no atienden. Esto nos pone en riesgo a todos», afirmó una vecina que pidió resguardar su identidad por seguridad.
En el último oficio, fechado en septiembre, los residentes detallaron cómo funciona la operación clandestina. Señalaron la llegada constante de vehículos y personas con recipientes vacíos que luego salen llenos. También narraron que, desde hace algunos meses, en la madrugada se realizan trabajos de construcción, con camiones que llegan entre las 3 y 4 de la mañana para descargar material o retirar cascajo.
Las familias cercanas explican que no pueden observar lo que ocurre dentro del patio del domicilio, pues los habitantes colocaron lonas para impedir cualquier visibilidad. Aseguran que la aparente inacción de la alcaldía podría deberse a que «uno de los que viven ahí es policía», lo cual, dicen, podría explicar la tolerancia oficial.
«Ojalá no volteen a ver lo que sucede en esta calle cuando suceda una desgracia», expresó otro vecino preocupado.
La denuncia subraya que los dueños colocaron postes sobre la banqueta, lo que bloquea el paso peatonal. A pesar del miedo a represalias por la presencia del presunto elemento policiaco, los habitantes reiteran que «es más grande nuestra preocupación por nuestras vidas, nuestra salud y nuestro patrimonio».
