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Más empresas cancelan producción en China ante incertidumbre total.
Expertos proyectan menor crecimiento y precios más altos en EE.UU.
En un movimiento que sacudió el comercio global, Donald Trump impuso aranceles de hasta 145% a productos de origen chino, argumentando prácticas desleales por parte de Beijing. La medida golpea de lleno a compañías estadounidenses que llevan décadas fabricando en Asia.
Una de ellas es Learning Resources, fabricante de juguetes como Botley y Kanoodle, con sede en Illinois. Su CEO, Rick Woldenberg, explicó que sus previsiones quedaron rebasadas: “Planeamos para un 40%, nunca imaginamos un 145%”, dijo a Bloomberg.
El alza súbita implica que muchos productos se vuelven económicamente inviables. Según Woldenberg, el 60% de su catálogo hecho en China ya no es rentable, mientras que mover la producción a EE.UU. no es una opción: “No hay infraestructura, ni personal capacitado”.
Expertos como David French advierten que los aranceles podrían provocar un efecto dominó: desaceleración económica, quiebras y aumento de precios. Incluso fabricantes como MGA Entertainment, creadores de las muñecas L.O.L., ya prevén aumentos de precios de hasta el 100% en productos navideños.
Los nuevos aranceles ya están vigentes y se espera que sus efectos se sientan con fuerza en el último trimestre de 2025, afectando especialmente a consumidores estadounidenses acostumbrados a productos económicos fabricados en China.