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Cada grado extra intensifica olas de calor, lluvias extremas y más
Un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) nos lanza una advertencia directa y, francamente, inquietante: el planeta seguirá ardiendo, literalmente, en los próximos cinco años. De acuerdo con sus proyecciones más recientes, la temperatura media anual entre 2025 y 2029 será entre 1.2 °C y 1.9 °C más alta que los niveles preindustriales (1850-1900).
Y es que, aunque parezca difícil de imaginar, hay un 80 % de probabilidad de que al menos uno de esos años supere a 2024 —el año más cálido jamás registrado hasta ahora— según la OMM.
“El cambio climático no es una amenaza lejana, es una realidad diaria que golpea más fuerte con cada décima de grado”, advierte Petteri Taalas, secretario general de la OMM.
¿Las consecuencias? Más allá del calor sofocante, el informe subraya que cada fracción adicional de calentamiento amplifica los eventos extremos: olas de calor abrasadoras, lluvias torrenciales, sequías interminables, derretimiento de glaciares, subida del nivel del mar y océanos que hierven lentamente.
Estos efectos no son abstractos. En 2024, Europa enfrentó incendios fuera de temporada, México vivió una sequía histórica y países insulares como Tuvalu vieron desaparecer aún más su costa. La ciencia es clara: sin reducciones drásticas de emisiones, vamos directo hacia un escenario climático cada vez más caótico.
La OMM insiste en que aún estamos a tiempo de actuar, pero la ventana de oportunidad se estrecha. Mientras tanto, nos toca prepararnos para un mundo más caliente, literal y emocionalmente.