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▪️ Chile también bajo la lupa: brechas sanitarias afectan a indígenas y presos
“Las víctimas no tienen oportunidad de sobrevivir si los hospitales son atacados y los médicos perseguidos”. La frase retumbó este martes en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, donde la relatora especial Tlaleng Mofokeng presentó su informe anual.
En él, denunció que la violencia sistemática contra instalaciones médicas y sus trabajadores en zonas de guerra alcanza niveles tan extremos que puede constituir genocidio.
“La protección a centros de salud ya no es una regla firme. Se ha vuelto un concepto frágil, como si fuera negociable”, afirmó.
Mofokeng ilustró cómo, en diversos conflictos armados, los paramédicos son señalados, atacados y asesinados, mientras los hospitales son bombardeados o abandonados, impidiendo la atención de heridos.
La relatora también presentó sus hallazgos tras una reciente visita a Chile, donde pidió al gobierno tomar decisiones urgentes en materia de derechos reproductivos y equidad en salud. Entre sus recomendaciones destacó:
Legalizar el aborto sin restricciones
Garantizar su acceso en todas las regiones del país
Suprimir la objeción de conciencia institucional
Fortalecer el sistema público con inversión sostenida
Criticó la segmentación del sistema chileno en público y privado, que profundiza la desigualdad y afecta especialmente a comunidades indígenas y personas en reclusión. También subrayó que la espera prolongada en servicios públicos atenta contra el principio de atención oportuna.