Plataformas como Facebook, Instagram y TikTok serán responsables de cumplir la norma.

La ley entrará en vigor a finales de 2025 y contempla multas millonarias para incumplidores.

Australia está un paso más cerca de implementar una ley que restringirá el acceso a las redes sociales a menores de 16 años. La iniciativa, que busca proteger a la juventud de riesgos asociados con el acoso y problemas de salud mental, recibió este viernes un impulso clave. Un estudio preliminar encargado por el Gobierno de Australia confirmó que la tecnología para verificar la edad es realmente viable.

El ensayo, realizado por la organización independiente Age Assurance Technology Trial, demostró que existen métodos efectivos para autenticar la edad de los usuarios. Entre ellos se destacan la estimación facial, controles parentales, validación de fechas de nacimiento y cruces con bases de datos de tiendas de aplicaciones. La cadena pública australiana ABC resaltó que el software de estimación facial identificó rostros con un 85 % de efectividad, con un margen de error promedio de 18 meses.

El proyecto legislativo, aprobado en noviembre y liderado por el Gobierno laborista de Anthony Albanese, asigna a las plataformas sociales la responsabilidad directa de negar el acceso a menores. Si incumplen, enfrentan multas que pueden alcanzar los 49,5 millones de dólares australianos, equivalentes a unos 28 millones de euros.

Sin embargo, no todo ha sido consenso. Plataformas como X cuestionaron la legalidad del proyecto, señalando posibles conflictos con tratados internacionales y derechos humanos. Meta y Google, por su parte, solicitaron más tiempo para completar pruebas técnicas, y criticaron la exclusión de YouTube del alcance de la ley.

El informe, dirigido por Tony Allen, aseguró que las soluciones tecnológicas son flexibles y pueden integrarse con facilidad, aunque aclaró que no existe una única solución universal.

Grupos como el Partido Verde australiano y organizaciones de derechos humanos advirtieron sobre riesgos para jóvenes vulnerables, como la comunidad LGTBI en zonas rurales, que encuentran en las redes un espacio de apoyo. Amnistía Internacional señaló que la ley no aborda problemas mayores, como el modelo de negocio basado en contenidos nocivos y algoritmos adictivos.

A nivel global, la preocupación por el acceso infantil a redes sociales crece. La Comisión Europea trabaja en guías para proteger a menores en internet, sugiriendo perfiles privados por defecto y controles parentales. Países como España, Francia y Grecia impulsan leyes similares, proponiendo controles de edad obligatorios en dispositivos.

Con esta medida, Australia marca un precedente en la protección digital juvenil, abriendo un debate sobre el equilibrio entre seguridad, privacidad y libertad en el mundo digital.