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Critica a Camarillo por “falta de lealtad” tras unirse a Movimiento Ciudadano.
El PRI poblano inicia un proceso de reconstrucción con mirada a la militancia.
Ciudad de Puebla, Pue. – Con un discurso firme y sin rodeos, Juan José Castro Justo tomó la batuta del PRI en Puebla, tras la salida de Néstor Camarillo Medina. El exsenador fue claro: lo que ocurrió no solo es una renuncia, sino un acto de falta de lealtad y correspondencia hacia un partido que impulsó su carrera.
El 25 de agosto, Camarillo dejó la dirigencia estatal y las filas priistas para integrarse a Movimiento Ciudadano en el Senado. Argumentó que busca una “agenda ciudadana” y una visión renovadora, aunque para muchos priistas se trata de una traición a la estructura que le dio su plataforma política.
En entrevista, Castro Justo subrayó:“No queremos que nadie se vaya del partido. La sociedad juzgará en su justa dimensión lo que sucedió. Cada militante define su camino, pero la lealtad es clave”.
El nuevo dirigente estatal sostuvo que su papel será reconstruir y fortalecer al priismo poblano rumbo a 2027. Reconoció que el partido enfrenta un escenario complicado: en la última elección obtuvo menos de 200 mil votos, una de sus cifras más bajas. Sin embargo, destacó que esa base sigue siendo significativa para un partido opositor.
“Asumo este cargo con convicción. La meta es reorganizar estructuras, reagrupar a la militancia y conducir la renovación de la dirigencia en su momento”, señaló.
La salida de Camarillo, oriundo de Quecholac, abre un nuevo capítulo para el PRI en Puebla. Con Castro Justo al frente, la apuesta es clara: cerrar filas, recuperar confianza y reconstruir la fuerza política hacia la contienda de 2027.