Era la campaña del 2004 cuando los Pericos de Puebla y los Toros de Tijuana se midieron en la segunda ronda de postemporada. 

Esa campaña fue atípica, clasificaron seis de ocho, todos los domingos se realizaban dobles carteleras para reducir el calendario. Esa temporada arrancó un 17 de marzo y acabo el 2 de julio en su rol regular.

Tijuana debutaba en ese año en la Liga Mexicana de Béisbol, campaña que llevó el nombre de “Beto Ávila”. El equipo encargado de darle la bienvenida, fue precisamente  Pericos de Puebla, que en el aquel entonces eran dirigidos por Enrique Reyes. Los Astados eran dirigidos al inicio de esa campaña por el venezolano Carlos Hernández.

Ese juego inaugural, disputado en Puebla, se lo llevaron los emplumados con una gran actuación de Pablo Ortega, y el bateo oportuno de Tony Zúñiga y Edgar Vega, por pizarra de 9-0, derrotando a Delvis Pacheco. Tijuana devolvió la cortesía al día siguiente jugando como local, y derrotó a los emplumados 5-0 con pitcheo del dominicano José Núñez, derrotando al norteamericano Rich Kelley; Abraham Valencia figuró por los Bureles con par de producidas.

En esa campaña el balance entre estas novenas favoreció a los poblanos 9-6.

Pericos finalizó ese 2004 liderando la Zona Norte con foja de 63-34, la mejor del circuito, Tijuana por su parte terminó en cuarto lugar con record de 49-48.

Pericos se midió en la primera ronda de postemporada a los Rieleros de Aguascalientes, los emplumados liquidaron en 4 juegos a los Hidrocálidos. En esa campaña la LMB adoptó la medida empleada por la LMP “del mejor perdedor”, y fue así que Tijuana accedió a la segunda ronda de playoff después de caer en seis juegos contra los Sultanes, su siguiente rival sería Puebla.

El primer juego, de la segunda ronda de postemporada, entre Pericos y Toros, le favoreció a Puebla por pizarra de 4-1, pablo Ortega derrotó en el duelo de pitcheo a Rafael Piña; Darrell Sherman tuvo un gran juego al irse de 5-3 con carrera producida y par de anotadas.

Para el segundo juego Tijuana sorprendió a los emplumados, al derrotarlos en 10 entradas por pizarra de 8-7. Pericos ganaba 7-4 con solida serpentina de Ravelo Manzanillo, sin embargo en el octavo rollo, un racimo de tres carreras de los visitantes empató el juego, y finalmente en la décima tanda con un balk de Manny Aybar los fronterizos se llevaron el juego. En ese juego también brillo Derrick White con par de jonrones.

La serie se trasladó a Tijuana, y los Astados apostaron por la serpentina de Jake Meyer, sin embargo apenas caminó poco más de tres entradas al permitir cuatro anotaciones, los maderos de Pedro Iturbe y el colombiano Carlos Villalobos fabricaron cuatro carreras. El triunfo fue para Armando Valdez.

Pericos continuó en plan grande, y para el cuarto juego de la serie volvió a mandar al centro del diamante a Pablo Ortega, y con labor de siete entradas se llevó el triunfo, respaldado por los bambinazos de Carlos Villalobos, Tony Zúñiga y Pedro Iturbe. La pizarra final fue 10-4.

La serie culminó en el quinto juego, Pericos se impuso 4-1 con pitcheo de Azael Álvarez, derrotando a Alonso Beltrán, jonrones de Edgar Vega y Carlos Villalobos marcaron el rumbo del juego.

Después de esa serie Pericos cayó en seis juegos ante los Saraperos de Saltillo.

Entre curiosidades podemos destacar, que el único jugador sobreviviente de aquella serie es Carlos Valencia; el manager Carlos Hernández renunció en la recta final de la campaña, al no estar de acuerdo con la sanción a Armando Ríos, y su lugar fue tomado por Alejandro Ortiz, actual coach de bateo de los Pericos de Puebla. Después de esa campaña Toros cambio su mote a Potros.