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El Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes de EE.UU. rechazó, con 21 votos en contra y 16 a favor, un proyecto que buscaba aplicar un impuesto del 5% a las remesas enviadas por migrantes. La iniciativa, parte de la llamada "Ley de Impuestos y Gastos", pretendía financiar nuevas exenciones fiscales, pero terminó generando más divisiones que consensos… incluso dentro del propio Partido Republicano.
Cinco republicanos —entre ellos Chip Roy y Ralph Norman— votaron en contra. ¿Su argumento? El impuesto no sólo era impopular, sino que además, lejos de mejorar las finanzas públicas, podría aumentar el déficit. Una paradoja, si se piensa que la propuesta buscaba precisamente sanear las cuentas.
Desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum alzó la voz: “Gravar las remesas es una medida injusta y discriminatoria”. Recordó que millones de mexicanos en EE.UU. cumplen con sus impuestos allá, y que ese dinero que envían —más del 3.5% del PIB mexicano— es esencial para sus familias.
Aunque fue rechazada, líderes republicanos ya advirtieron que intentarán modificarla y volver a presentarla. Quieren añadir beneficios como deducciones por propinas y compras de autos estadounidenses. Pero por ahora, los migrantes pueden respirar un poco más tranquilos.