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🌫️ Ceniza alcanza los 7 mil metros de altura
🔁 El evento ocurre justo en el aniversario de la tragedia de 2018
GUATEMALA. La noche del lunes, el Volcán de Fuego despertó con una fuerza brutal. En cuestión de horas, su erupción pasó de ser efusiva —caracterizada por lava fluida— a estromboliana y luego a un tipo aún más explosivo: peleano-vulcaniano. El cambio fue tan rápido como inquietante.
El volcán expulsó lava ardiente que recorrió más de 3 kilómetros, mientras densos flujos piroclásticos bajaban con velocidad por la ladera sur. La ceniza se elevó más allá de los 7,000 metros sobre el nivel del mar, afectando visibilidad y generando temor en las comunidades cercanas.
Las autoridades guatemaltecas, entre ellas INSIVUMEH y CONRED, han solicitado evacuaciones inmediatas en varias localidades. El temor principal es que un flujo piroclástico más grande podría impactar directamente zonas pobladas, como ya ocurrió en el devastador evento del 3 de junio de 2018.
Ese día, hace exactamente siete años, la montaña también rugió, dejando a su paso centenares de muertos y miles de damnificados. Hoy, los recuerdos de esa tragedia reviven, mientras el volcán, considerado uno de los más impredecibles del continente, vuelve a amenazar vidas y hogares.
“La naturaleza tiene su forma de recordarnos que no está dormida. Y este volcán, en particular, no perdona descuidos”, expresó un geólogo consultado por medios nacionales.