Contra todo pronóstico, el Producto Interno Bruto (PIB) de México logró un respiro en el primer trimestre de 2025, con un crecimiento del 0.2%, según datos definitivos del Inegi, que ratifican su estimación preliminar de abril. El impulso provino del sorprendente desempeño del sector agropecuario, que creció un 7.8%, compensando el estancamiento en servicios e industria.

El dato, aunque modesto, marca un contraste notable con el cierre de 2024, cuando la economía se contrajo un 0.6% en medio de la incertidumbre provocada por la victoria de Donald Trump en EE. UU. Y es que su regreso ha venido acompañado de nuevos aranceles que mantienen en alerta a los mercados.

A nivel interanual, la economía creció un 0.8%, apuntalada por el dinamismo de las actividades primarias (7.2%) y terciarias (1.3%), mientras que las secundarias siguen rezagadas (-0.7%).

Aunque Citi anticipaba una recesión técnica, los datos la desmienten… por ahora. Eso sí, el panorama sigue nublado: Monex prevé un año de crecimiento “prácticamente nulo” y el FMI estima una caída del 0.3% del PIB para este año.

Aun así, la presidenta Claudia Sheinbaum mantiene su apuesta: su gobierno bajó la proyección oficial de crecimiento al 1.9%, todavía optimista frente a lo que espera el mercado.