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TEL AVIV, Israel — En un episodio que sacude la esfera internacional, Greta Thunberg, activista climática sueca reconocida globalmente, denunció haber sufrido abusos físicos y psicológicos durante su detención en Tel Aviv. El arresto ocurrió el pasado miércoles frente al Ministerio de Defensa de Israel, tras participar en una protesta pacífica contra la guerra en Gaza.
La manifestación buscaba entregar una carta exigiendo el cese inmediato de operaciones militares y la suspensión de venta de armas a Israel. “Lo que ocurre en Gaza no es un conflicto, es un genocidio. El mundo no puede seguir mirando hacia otro lado”, declaró Thunberg visiblemente afectada.
Según la activista, los agentes de seguridad emplearon fuerza excesiva, causándole lesiones menores. También relató haber sido sometida a interrogatorios intimidatorios, con preguntas reiteradas sobre sus motivaciones políticas y compromisos activistas. Estas denuncias han sido respaldadas por diversas organizaciones de derechos humanos, que exigen una investigación independiente sobre las prácticas policiales.
Thunberg hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para imponer un embargo de armas a Israel y establecer un alto al fuego que permita el acceso de ayuda humanitaria a Gaza. Su postura refuerza el debate global sobre el papel de los Estados y la protección de los derechos humanos en zonas de conflicto.