La Fiscalía General de la República (FGR) se ve obligada a devolver una lujosa residencia valuada en 38 millones de pesos al exdirector de Pemex, Emilio Lozoya.

Ubicada en la exclusiva colonia Lomas de Bezares, en la Ciudad de México, la propiedad fue objeto de una acción de extinción de dominio que resultó improcedente, según determinó una jueza de distrito en esa materia.

La FGR buscaba, mediante este recurso legal, despojar definitivamente a Lozoya de la residencia, argumentando que había sido adquirida con supuestos sobornos vinculados a la compra de la planta Agronitrogenados. Sin embargo, la jueza dictaminó que la Fiscalía cometió un error al solicitar el cambio de dueño, al utilizar un recurso legal que ya no estaba vigente durante los presuntos hechos delictivos.

La acusación sostenía que Lozoya adquirió la propiedad mediante sobornos relacionados con la compra de Agronitrogenados. Pero la jueza determinó que la casa fue comprada en 2012, antes de los hechos señalados por la FGR, desestimando así la conexión entre la adquisición y los supuestos delitos imputados al exdirector de Pemex.

Emilio Lozoya, quien enfrenta acusaciones en casos de alto perfil como Agronitrogenados y Odebrecht, logra un triunfo legal al recuperar su casa. Aunque la casa es un activo significativo, Lozoya sigue confrontando serios desafíos legales, como los cargos por recibir sobornos en el caso Agronitrogenados y el caso Odebrecht.

En el caso Agronitrogenados, Lozoya fue acusado de recibir un soborno de 3.4 millones de dólares para facilitar la compra sobrevalorada de una planta de fertilizantes. Aunque el proceso fue suspendido en septiembre de 2023, el Gobierno de México ha aumentado la demanda de reparación del daño a 30 millones de dólares.

Respecto al caso Odebrecht, Lozoya enfrenta acusaciones de recibir sobornos por 10 millones de dólares de la constructora brasileña. A pesar de la afirmación de su abogado de que el caso "se va a caer", Lozoya permanece en prisión preventiva debido al riesgo de fuga.

La recuperación de su casa marca un hito en la batalla legal de Lozoya, aunque el desenlace de los casos pendientes sigue siendo incierto. A medida que enfrenta desafíos legales y negociaciones en curso, la narrativa de su proceso legal continúa en desarrollo.