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Criticó el megaproyecto fiscal impulsado por Trump.
Steve Davis, su mano derecha, también abandona el equipo.
Trump lo elogió como “uno de los líderes más grandes del mundo”.
Después de apenas cuatro meses de haber ingresado al círculo cercano de Donald Trump como asesor de eficiencia gubernamental, el empresario Elon Musk decidió dar un paso al costado. Lo anunció el miércoles, con la franqueza que lo caracteriza, diciendo que el nuevo paquete fiscal “socava” el trabajo que intentaba hacer desde el llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).
“Francamente, me decepcionó ver ese enorme proyecto de ley de gastos”, expresó Musk en una entrevista reciente con CBS Sunday Morning. Y es que, aunque muchos pensaron que su ingreso al gobierno sería de largo plazo, el dueño de X, Tesla y SpaceX dejó claro que la política no es precisamente su zona de confort.
Durante una conferencia desde la Casa Blanca este 30 de mayo, Trump no solo agradeció el “increíble servicio” de Musk, sino que le entregó una simbólica “llave presidencial”. “No necesitaba esto. No lo necesitaba. Y descubrimos que el gobierno a veces es un poco desagradable”, comentó el mandatario, entre risas incómodas y halagos.
Además, Steve Davis, colaborador cercano de Musk, también presentó su renuncia. Según fuentes cercanas al equipo, ambos prefieren enfocarse nuevamente en los desarrollos tecnológicos que los colocaron en la cima.
“Seguiré siendo amigo y asesor del presidente”, comentó Musk con diplomacia. Pero su gesto deja claro que, al menos por ahora, prefiere el rugido de los cohetes al ruido del Capitolio.