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📌 Cereales y vivienda empujan el alza; gasolina y huevos alivian el panorama
📌 La Reserva Federal decide pronto si ajusta las tasas de interés
La inflación en Estados Unidos sigue avanzando, pero lo hace con paso lento. En mayo, el Índice de Precios al Consumo (IPC) creció 2.4% interanual, según datos del Buró de Estadísticas Laborales (BLS), sin grandes sorpresas ni sobresaltos para los analistas.
Aunque muchos esperaban un impacto más fuerte tras los nuevos aranceles del presidente Donald Trump, la verdad es que el mercado ha mostrado una resiliencia inesperada. La subida de solo 0.1% mensual —tanto en el dato general como en la inflación subyacente— dejó margen a la calma.
Y es que la inflación subyacente, que excluye energía y alimentos, aumentó 2.8%, por debajo del pronóstico. Esa cifra representa una señal moderada para la Reserva Federal, que se encuentra entre presiones de la Casa Blanca y la necesidad de enfriar la economía sin frenar el crecimiento.
Uno de los motores del alza fue la vivienda, con un incremento del 0.3%, que sigue pesando en el presupuesto de millones de estadounidenses. Además, el precio de los alimentos también subió 0.3%, impulsado principalmente por un alza en cereales, pan y frutas.
No todo fueron malas noticias: la gasolina bajó 2.6%, llevando el índice de energía a una caída mensual del 1%, mientras que el precio de los huevos siguió bajando, con un descenso del 2.7%. Estos pequeños ajustes pueden parecer mínimos, pero en el día a día marcan diferencia para muchas familias.
También cayeron las tarifas aéreas, los autos usados y la ropa, ayudando a equilibrar la balanza.
La mirada ahora se posa sobre la Reserva Federal, que se reunirá el 17 y 18 de junio para decidir el rumbo de los tipos de interés, que permanecen en 4.25% - 4.5%. La expectativa general es que el comité mantenga su cautela, sobre todo porque los datos aún no justifican un giro abrupto en la política monetaria.