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Oscar Piastri, líder del campeonato, busca consolidar ventaja mundialista.
McLaren enfrenta presión extra tras errores recientes y clima impredecible.
El Gran Premio de Singapur 2025 llega con todo su esplendor a las calles iluminadas de Marina Bay, escenario que desde 2008 marcó un antes y un después en la historia de la Fórmula 1 al inaugurar las carreras nocturnas.
El trazado, de 4.940 kilómetros y 19 curvas, es reconocido por su dureza: humedad sofocante, temperaturas en cabina de hasta 60 grados centígrados y un exigente ritmo que obliga a cada piloto a realizar cerca de 4,300 cambios de marcha a lo largo de las 62 vueltas.
Este circuito es un verdadero desafío físico. No solo se corre en sentido antihorario, sino que también demanda máxima concentración bajo condiciones extremas. La exigencia aerodinámica y el castigo a los frenos lo convierten en uno de los retos más grandes del calendario.
Las estadísticas no mienten. Sebastian Vettel lidera con cinco triunfos en Singapur, seguido de Lewis Hamilton con cuatro. Detrás aparece Fernando Alonso, ganador de la edición inaugural en 2008 y nuevamente en 2010. Hoy, el español buscará su noveno podio con Aston Martin.
La lucha por el campeonato centra las miradas. Oscar Piastri, con 324 puntos, mantiene la cima, aunque su abandono en Bakú lo dejó vulnerable frente a Lando Norris (299) y un revitalizado Max Verstappen (255), que llega con dos victorias consecutivas. McLaren, pese a su dominio, carga con la presión de los errores estratégicos recientes.
Además, Pirelli ha designado los compuestos C3, C4 y C5, además de los intermedios y de lluvia extrema, anticipando un clima que podría añadir aún más incertidumbre.
Tras Singapur, la F1 viajará a América para disputar las últimas carreras Sprint en Austin y Sao Paulo, antes de cerrar la temporada en Qatar y Abu Dabi.
Marina Bay no solo es espectáculo visual. Es, sobre todo, una prueba de resistencia, estrategia y valentía.