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Las madres cuidadoras de México sostienen una carga silenciosa que, según especialistas, ya muestra signos de desgaste severo. En un país donde 31.6 millones de personas realizan cuidados no remunerados —y tres de cada cuatro son mujeres, principalmente madres—, la urgencia por fortalecer el apoyo social se coloca al centro del debate.
La Dra. Adriana Tamariz Razo, académica de la Licenciatura en Psicología de la IBERO Puebla, subraya la necesidad inmediata de reconocer este rol fundamental y de atender el impacto físico y emocional que enfrentan. Explica que la atención públicamente suele concentrarse en la persona con discapacidad o en el adulto mayor, mientras que quien brinda el cuidado continuo queda al margen del reconocimiento social.
La especialista describe un escenario crítico: mujeres que viven jornadas “24 por 7 por 365”, relegando sus propias necesidades e incluso desarrollando síntomas de dependencia derivados de la sobrecarga. Este agotamiento se intensifica cuando la familia considera que el cuidado “le corresponde” exclusivamente a la madre, provocando sensaciones de abandono y trato injusto dentro del entorno familiar. Desde la neuropsicología, advierte la urgencia de implementar un enfoque integral.
En contraste con ese aislamiento, la organización Vida Incluyente, dirigida por la Mtra. Perla Rosas Ferrer, impulsa la formación de una red de apoyo entre madres cuidadoras. La iniciativa busca que las mujeres se acompañen entre sí mientras reciben asesoría de un equipo multidisciplinario para construir estrategias de contención emocional, autocuidado y bienestar.
La Dra. Tamariz Razo invitó a las madres y mujeres cuidadoras interesadas a integrarse a esta red por medio de las redes sociales o página web de la organización, donde también pueden acceder a información sobre inclusión y acompañamiento.


