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Ernesto Cuitláhuac Vázquez Reyna, delegado de la Fiscalía General de la República (FGR) en esta entidad, fue brutalmente asesinado en una de las avenidas más transitadas de Reynosa, a plena luz del día.
Un comando armado emboscó a Vázquez Reyna mientras circulaba en una camioneta Cadillac Escalade negra, que carecía de blindaje, a diferencia de su vehículo oficial. El ataque inició con una granada de fragmentación lanzada contra su unidad. Obligado a salir del vehículo, fue atacado a tiros desde una camioneta Ford Explorer blanca cuyos ocupantes no descendieron. Poco después, la camioneta del delegado se incendió.
Vázquez Reyna era un servidor público federal con una carrera sólida en el Ministerio Público Federal, delegado en Tamaulipas desde diciembre de 2019, conocido por su trabajo en la región fronteriza.
Desde las 18:26 horas, la Vocería de Seguridad de Tamaulipas emitió alertas y desplegó un operativo inmediato que incluyó a Policía Estatal, Guardia Nacional y Ejército. Se acordonó la zona, se establecieron bloqueos en bulevares y se desplegaron helicópteros para evitar nuevos ataques. Más tarde, el gobernador Américo Villarreal condenó el asesinato y reafirmó la colaboración con instancias federales para hacer justicia.
El atentado ocurrió alrededor de las 18:15 horas en el bulevar Miguel Hidalgo, cruce con Avenida San José, Fraccionamiento Las Quintas, Reynosa. A las 22:00 horas, se encontró abandonada la camioneta Ford Explorer usada por los agresores, aunque no se reportan detenciones aún.
Este ataque ocurre en medio de una escalada de violencia vinculada a la disputa por rutas de narcotráfico, migración y combustible ilegal, con presencia histórica del Cártel del Golfo, declarado “organización terrorista extranjera” en 2023.
Semanas antes, la FGR había asegurado más de 1.8 millones de litros de hidrocarburo ilegal y destruido 23 vehículos blindados “monstruo” en Tamaulipas, en una operación que golpeó la logística del crimen organizado local. Aunque no hay confirmación oficial, se investiga si estos operativos pudieron detonar el atentado.
El misterio sobre por qué el delegado no utilizaba su vehículo blindado ni escoltas persiste. La FGR mantiene hermetismo y no ha dado posicionamiento oficial más allá de los primeros reportes.