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Con más de 40 años en los cuadriláteros, el gladiador destacó que su decisión responde a cerrar su historia con dignidad, y no a la pérdida de pasión.
“Detrás de cada victoria, hay caídas, cicatrices y noches de soledad; pero también el amor a un legado, a un público, a una máscara”, expresó durante la rueda de prensa donde compartió anécdotas clave de su trayectoria. Añadió: “He sangrado, he llorado y también he reído detrás de mi máscara”.
El luchador de 63 años detalló que su identidad permanecerá oculta, tal como ha sido durante décadas. La gira de despedida incluirá tres presentaciones: 29 de noviembre en Monterrey, 6 de diciembre en Guadalajara, y el cierre el 13 de diciembre en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México.
Con más de 50 máscaras ganadas y múltiples títulos en divisiones ligera, welter y mediana, el Hijo del Santo subrayó la importancia de su disciplina y entrega para sostener su longevidad en el deporte. “Todos mis sueños se fueron cumpliendo; luché en todas las empresas en México y en el mundo. No hay nada pendiente”, aseguró.
Tras su retiro, el mexicano planea dedicarse a la familia y proyectos personales, preservando el legado de su máscara de plata, símbolo icónico de la lucha libre nacional.


