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El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, anunció el martes que ha ordenado al Ejército israelí llevar a cabo ataques contundentes en Gaza de manera inmediata, después de que Hamas disparara contra las fuerzas israelíes en el sur del territorio palestino.
El conflicto ocurre en medio de un alto al fuego frágil, mediado por Estados Unidos desde el 10 de octubre, que ha enfrentado varias interrupciones. Según un funcionario israelí, la reciente entrega parcial de restos de un rehén por parte de Hamas constituye una “clara violación” del acuerdo, que establece la devolución inmediata de los rehenes restantes.
El martes, tropas israelíes fueron atacadas en Rafah y respondieron al fuego, reflejando la vulnerabilidad del alto al fuego. Un videógrafo de Associated Press registró lo que parecía una bolsa blanca con restos transportada desde un túnel hacia una ambulancia en Jan Yunis, aunque no se confirmó su contenido.
Hamas explicó que la búsqueda se complica por la destrucción masiva en el territorio, mientras Israel acusa al grupo de retrasar intencionadamente la entrega. Egipto desplegó expertos y maquinaria pesada para asistir en la recuperación de los restos, labor que continúa en Jan Yunis y Nuseirat.
El caso más reciente involucra a Ofir Tzarfati, secuestrado en octubre de 2023 durante un festival en Israel y asesinado en cautiverio. Su familia ha recibido restos en tres ocasiones, describiendo la experiencia como desgarradora.
En Cisjordania, Israel mató a tres milicianos palestinos cerca de Yenín, acción que según el Ejército israelí buscaba reprimir actividades terroristas. Hamas identificó a dos de los abatidos como miembros de las Brigadas Qassam.
El conflicto ha dejado más de 68,500 palestinos muertos, según el Ministerio de Salud de Gaza, principalmente mujeres y niños. La cifra es cuestionada por Israel, aunque los registros son considerados confiables por agencias de la ONU y expertos independientes.
